Hola amigas! ¿Saben? pensé en escribir unas palabras acerca de lo que conlleva migrar a otro país. 💕 Así que después de siete anos de haber dejado mi país, mi familia, y todo lo que representaba “hogar” y “seguridad”, me encantaría compartir contigo algunas reflexiones sobre lo que, al menos para mi y mi realidad, significo y significa migrar.
Primero quiero hacer hincapié en que se que no todos los que migran es por decisión propia. Un gran numero de personas, lamentablemente, no tienen la opción de decidir. Son obligados a huir de su país y dear todo y todos atrás. Ese no fue mi caso, y mi corazón esta con todos aquellos en condición de refugiados o desterrados.
En el caso de las personas que si pueden decidir, estas pasan por un proceso de cambio que los prepara para su partida. Los meses y especialmente los dias antes, son caóticos y llenos de altibajos emocionales. Todo pasa muy rápido y sin darse cuenta, ya estan con maleta en mano en el aeropuerto.
Migrar es como empezar a escribir un nuevo capítulo en el libro de tu vida. No es solo hacer maletas y decir “¡hasta luego!” a tu casa – es mucho más que eso. Es como embarcarte en una aventura que te transforma por completo. Es una etapa llena de esperanzas, emoción, miedo, nostalgia, e incertidumbre.
En mi caso, creciste con muchas inseguridades y autocrítica. Durante mi infancia creía que era tonta (aunque ahora esta palabra sea controversial, así es como me sentía!). Al mirarme en el espejo, veía a un conejo asustado que no sentía que tenia la capacidad de superarme profesional y personalmente, a tal punto que no tenia metas claras o ambiciones en la vida mas de que no me despidieran.
Me miraba al espejo y no veía todo el increíble potencial que ahora reconozco en mi. Quizás es porque creci en un ambiente nunca me hizo sentir segura de mis capacidades, y ahora finalmente puedo decir que eso no importa, no importa si no tuve ese apoyo o reafirmación en el pasado. Lo importante es el ahora: no necesito validación externa para creer en mi, lo único que necesito es mi constancia, pasion, y creer en mi capacidad para manejar cualquier situación o reto.
Ese cambio no sucedió de la noche a la manana, claro esta. Es hasta esta etapa mas madura de mi vida cuando logre cambiar esa narrativa.
Y ¿por qué les hablo de eso? Porque migrar también significa abrir la puerta a nuevas oportunidades, a descubrir una versión más fuerte y segura de ti misma.
Migración: Mucho más que un cambio de país
Cuando una migra, no solo cambia de país; también se enfrenta a una montaña de emociones. Dejar a la familia, los amigos, las calles que conoces de memoria, puede ser muy duro. Pero detrás de ese dolor está la esperanza de algo mejor. Migrar conlleva un tipo diferente de valentía, salir al mundo para encontrar un lugar donde podamos crecer, y donde en mi caso, cumpliría el sueño que siempre tuve de vivir en el exterior.
Razones para inmigrar
En mi caso, migramos por mejores oportunidades laborales, pero hay un sin fin de razones. Hay muchas respuestas a esta pregunta, pero aquí hay algunas razones comunes:
- Oportunidades laborales: Muchas veces, en nuestros países las oportunidades de trabajo son limitadas, o los salarios simplemente no alcanzan. Migrar es una manera de abrirnos camino, de encontrar trabajos mejor remunerados que nos permitan tener una vida digna, apoyar a nuestras familias, y, en muchos casos, ahorrar para un futuro que antes parecía lejano.
- Educación: Para muchas, emigrar es también una oportunidad de crecimiento intelectual. Hay quienes buscan mejores opciones educativas, ya sea para sí mismas o para sus hijos. El acceso a una buena educación en otro país es una razón poderosa para cruzar fronteras.
- Seguridad: En algunos lugares, la violencia y la inseguridad son parte del día a día. Migrar es una manera de buscar paz, de vivir sin el miedo constante y de poder construir una vida más tranquila.
- Empoderamiento personal: A veces, migrar es una forma de empezar de cero, de alejarnos de situaciones que nos limitan o nos oprimen. En otros países, encontramos la libertad para ser nosotras mismas, para crecer y desarrollarnos sin tantas barreras.
La vida en el extranjero: Adaptación y desafíos
Cuando llegamos a otro país, todo cambia. Desde el idioma hasta las costumbres, todo es nuevo y puede ser abrumador. Al principio, es fácil sentirnos perdidas o solas, especialmente si no tenemos una red de apoyo presente fisicamente. Pero poco a poco, nos vamos adaptando. Encontramos pequeñas comunidades de personas que han pasado por lo mismo y entendemos que no estamos solas en este viaje.
Aprender a moverse en una cultura distinta, lidiar con la nostalgia, y superar obstáculos es parte de la experiencia. Pero en esos momentos difíciles, también encontramos nuestra fortaleza. Nos damos cuenta de que somos capaces de mucho más de lo que imaginábamos.
Me encantaría escuchar qué encontramos cuando estamos lejos de casa, y cómo, con esa fuerza interior que nos caracteriza, seguimos adelante construyendo nuestros sueños. ¡Porque sí podemos, amiga! 🌟